Muchas familias sospechan de las altas capacidades de sus hijos, pero no
siempre estas se llegan a confirmar.
Son niños despiertos, curiosos y se interesan mucho por su entorno, pero
con necesidades propias de su edad cronológica. Por tanto, como padres, no
debemos sólo centrarnos en el desarrollo de su potencial intelectual, sino que
también debemos atender a sus necesidades psicológicas y afectivas.
A continuación vamos a desarrollar una serie de recomendaciones generales
para todos aquellos padres que tengáis hijos con altas capacidades.
En primer lugar, como ya se ha mencionado anteriormente, es esencial que el
niño cuente con el cariño y afecto de sus padres ante todo.
Debemos potenciar al máximo sus capacidades, siempre y cuando no se le presione
ni se le impongan metas demasiado altas. Nosotros debemos animarle a aprender
nuevas cosas, pero no obligarle.
Normalmente, los niños con altas capacidades se caracterizan por la
desmotivación, la falta de empatía, el aburrimiento…todo esto, deriva de que
van por delante del resto de compañeros de su clase, por tanto, lo que a ellos
les parece interesante, al niño superdotado le parecerá fácil y monótono, y por
tanto, esto creará una desmotivación. Como padre deberá vigilar estos
comportamientos en su hijo, y en el caso de que aparezcan, hablar con el tutor
de inmediato.
Es muy importante que sepan escuchar a sus hijos, ya que necesitan
expresarse y ser escuchados con atención.
En el caso de que tenga hermanos, no se le debe tratar con especial
interés, pero si se le debe dedicar un tiempo de atención individual hacia él.
La mayoría de las veces estos niños preguntan constantemente y siempre
desean saber más, deben tener paciencia y saber responderle, brindándole la
oportunidad de consultar fuentes de información como libros, internet, visitas
a teatros, museos…
También es importante que realicen planes con ellos como viajes, ir al
cine, o jugar, aunque se debe tener en cuenta que siempre preferirán
actividades donde haya que realizar algún tipo de esfuerzo mental, lógica,
ingenio o creatividad.
Son susceptibles a desequilibrios emocionales, pues cuentan con mayor
agudeza para entender la vida de los adultos, y porque en muchas ocasiones son
rechazados por su grupo de iguales.
A pesar de prestarle atención y tener en cuenta todos estos consejos, se le
debe marcar una disciplina y unos límites, como lo haríamos con cualquier otro
hijo.
Finalmente, se recomienda asistir a un especialista, en el caso de no saber
cómo llevar la situación.